Que estar rodeados de naturaleza es agradable y relajante ya lo sabíamos. Pero es que los beneficios del contacto con lo verde, con las plantas y árboles, juega un papel clave en la mejora de nuestra salud. En Waingunga una de las actividades que solemos hacer es el senderismo por nuestro entorno. Disfrutamos del paseo, del aroma de la tierra húmeda y del romero, el cantueso o las mimosas. Precisamente este domingo estrenamos nuevo sendero, una ruta circular de 5 km por toda la instalación que nos va a dejar con las pilas bien cargadas para el resto de la semana.
Mira todo lo bueno que te va a pasar si te vienes.
1.Menos estrés.
Cuando estamos en el campo, rodeados de verde, se ha demostrado que la hormona del estrés disminuye. Esta hormona es la responsable de muchas enfermedades. Cuando estamos relajados (ausencia de esta hormona), nuestra tensión arterial y el azúcar en sangre disminuyen. Además somos capaces de concentrarnos mejor, retener más el conocimiento y hasta bajar el umbral del dolor.
“En cuanto a la memoria, podemos retener un 20% más después de un paseo entre árboles que tras un paseo por una ciudad.”
2.Mejor humor y bienestar emocional.
Otra evidencia científica. Nuestros cinco sentidos se benefician en concreto de los aceites naturales (fitoncidas) que segregan los árboles para protegerse de insectos, hongos y bacterias. Es este sistema de defensa que tienen lo que beneficia al nuestro propio.
Así que… ¡RESPIRA! Es mejor que una pastilla antidepresiva.
3.Los efectos de pasar un día en el campo duran una semana.
Parece ser que por poquito que estemos rodeados de naturaleza, los efectos son bastante duraderos. Un solo día nos deja bien preparados durante la semana. ¡Un fin de semana dura 30 días de buena vibra!
¿Te hemos convencido? Este domingo vente a pasear con nosotros. Despacito y disfrutando del camino. Mejor sin móviles. Y a ratos… cierra los ojos, respira hondo y siente todo lo bueno que tienes alrededor. Desconecta para reconectar.
*Datos científicos extraídos de los estudios del Dr. Qing Li, inmunólogo y director de la Sociedad Japonesa de Medicina Forestal. Investiga cómo el ‘Shinrin-Yoku’ (baños de bosque) puede ser una medicina de la humanidad. Es budista.